Explosión

 

A veces quisiera expresar todas estas cosas que llevo dentro y que muy a menudo me suelen atormentar, pero no lo hago, decido callar. 

Palabras, momentos, recuerdos, ideas, ilusiones y muchas otras cosas que hieren, entristecen, que son veneno y, en ocasiones, hacen que llore. 

Palabras que no soporto callar. Necesito desahogar este mar de aguas turbias que me hacen tanto mal. No podré seguir callando otro día más, no podré seguir llevando esta carga tan pesada que me hará colapsar. 

Momentos que deseo olvidar, pero no puedo. Son como esos árboles plantados tan profundos que son muy difíciles de desarraigar.

Son como un tatuaje en el cuerpo: imposibles de borrar. Lo he intentado, pero esos momentos se niegan a abandonar mi mente y siguen ahí solo para mi tristeza avivar. 

Recuerdos que son esa herida sin sanar que, con demasiada frecuencia, me vuelvo a lastimar y de nuevo empieza a sangrar.

Recuerdos que duelen en el alma y deseo que no estén... pero están. 

Ideas que a mi mente suelen llegar, sin más, sin avisar y lucho por realizar, pero siempre están los miles de obstáculos que impiden que las pueda hacer realidad.
Ideas que pienso que son buenas y pueden funcionar, pero están fuera de mi alcance y no las puedo concretar. 

Ilusiones que nacen en mi cabeza, pero que me gusta idealizar en la realidad.

Ilusiones que me hago con cosas que sé, perfectamente, que nunca van a pasar, pero siempre me ilusiono, no lo puedo evitar, aunque al despertar de ellas, sé que terminaré mal.
Ilusiones, malditas ilusiones que solo sirven para romper corazones como lo hacen con el mío por creer que se pueden realizar esas cosas que a diario imagino. 

Esas y ese montón de cosas que llevo dentro que hacen una marejada mis sentimientos. Esas cosas que no sé definir, pero que día tras día amargan mi existir. 

Eso a lo que no sé colocarle un nombre y que suelo ocultar para no lastimar a nadie, para no herir, para no dañar... pero a mí me tienen a punto de explotar.